Castilla-La Mancha se sitúa como líder en el crecimiento del sector cárnico. Esta región es la principal suministradora de carne porcina en el exterior y sus números lo reflejan. En menos de dos años, se ha multiplicado el número de macrogranjas y el número de cerdos ha pasado de 250.000 a más de medio millón. Se estima que, con los proyectos que tienen previstos, se alcance antes la cifra de un millón de animales. Según los estudios realizados por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX), el principal destino de estas exportaciones es China, seguido de Francia, Alemania, Corea del Sur y Japón.
El número de operaciones internacionales de carnes frescas de cerdo se mantiene a China a pesar del coronavirus
La causa de que China sea el principal importador de carne de cerdo española es la peste porcina que sufre el país, la cual alcanzó unas cifras desproporcionadas en el ejercicio 2019. Este hecho da lugar a que ni siquiera la crisis del coronavirus haya afectado en gran medida a esas exportaciones en relación con otros sectores.
Los cárnicos elaborados se posicionan mejor en Europa
Por otra parte, la exportación española de elaborados cárnicos se ha duplicado en la última década según un informe de DBK. Las regiones que más exportan son Barcelona, Salamanca, Gerona, Madrid y Badajoz por ese orden. La principal razón por la que no se eleva el número de exportaciones es la gran atomización y dispersión de las empresas productoras, lo que supone una falta de acceso al mercado de destino por desconocimiento y falta de fuerza comercial.
Así pues, podemos observar una vez más cómo Extremadura, uno de los mayores productores de cerdo en todas sus variantes y productos por naturaleza, se queda a la cola de la exportación a países tan cercanos como son los europeos. Para eliminar estos efectos se debe invertir en fuerza comercial propia optimizando los costes de la misma para que sea rentable y consiguiendo posicionarse en el mercado para incrementar sus márgenes a medio y largo plazo.
Si seguimos en esta línea de desaprovechamiento de nuestro gran potencial en calidad y diversidad por no invertir en recursos que nos hagan posicionarnos en el mercado, permaneceremos a la cola enmascarando nuestras carencias con excusas ajenas que, aunque nos afectan, no son insalvables.